A pesar del maquillaje y el disfraz, Fabián Gómez no puede ocultar su transparencia y fuerte apego a sus ideas y forma de vida.
Trabaja en el escenario codo a codo con su hija Sol en un espectáculo idolatrado por los chicos, pero también valorado por los adultos. Cuando uno observa al personaje cree también estar conociendo a la persona, eso es lo que sentimos durante esta entrevista.
La sensación de estar frente a un chico de pueblo, un hombre agradecido por lo aprendido en la vida, un artista de perfil bajo y sin embargo un gran referente del pequeño público y uno de los mejores compositores cordobeses de la canción infantil.
“Siempre traté de mantener ante los niños la magia del personaje, siempre creí que para los niños conocerme personalmente no les aportaría mucho para su ilusión”, ésta es la razón por la que Piñón Fijo decide ser por siempre Piñón en todas sus apariciones públicos.
Durante el reportaje, Piñón Fijo señaló como fuentes de inspiración las letras de María Elena Walsh, Pipo Pescador, Carlitos Bala, Gaby Fofo y Miliki, además rindió homenaje a los artistas cordobeses que le tendieron una mano amiga a lo largo de su carrera mientras recordaba los años en los que vivió en San Vicente.
-Sabemos que vivías en el barrio, ¿qué es lo que más te gusta de San Vicente?
“En realidad, yo no nací en San Vicente, yo nací en la ciudad de Dean Funes, en el norte cordobés. A San Vicente lo conocí en mi adolescencia, cuando empecé a bicicletear la ciudad enseñando guitarra a domicilio y en academias de danzas de la zona. Después, cuando fui papá viví en Maldonado, Müller, de casero en el centro vecinal Villa Argentina, en La República transcurrió gran parte de mi vida. Crecieron mis hijos, nacieron mis primeros sueños artísticos, mis primeros oficios y lo que más me gusta de San Vicente es que mantiene mucho de su origen y sueño que siga haciendo así. Si alguna vez viene algún viento renovador que sea para respetar la raíz y no para sufrir lo que sufrió Nueva Córdoba, y sufre General Paz y Alta Córdoba por ejemplo, con el avasallamiento de su esencia”.
-¿Comenzaste en este barrio como artista callejero?
“Si, me acuerdo que salía con mi bicicleta desde Obispo Castellanos al 900 al frente de "La Grecia" y llegaba al Parque Las Heras, luego la isla de los Patos, después el Parque Sarmiento y regresaba a la nochecita, cansado pero feliz. Comencé de la mano de otros artistas callejeros generosos, como el Gaucho Zoilo que me cedía su espacio en el Sarmiento para que yo haga mis primeros mimos. Fue una experiencia muy placentera, muy profunda, que después con el tiempo, me sirvió de cimiento para construir esta realidad actual”.
-¿Cuál era tu ocupación u oficio anterior? ¿Cómo llegaste a la TV y cómo cambió tu vida después de esto?
“¿Oficios anteriores? Lavacopas, mensajero, profe de guitarra, fabricaba muebles de caña (colihue que la compraba en la López y Planes y la acarreaba en bicicleta), fabriqué sandwichs de miga, fui mozo (mal mozo) y muchas cosas más. A la tele entre por primera vez a Pan y Manteca, como mimo. Todos los domingos me levantaba tempranito, me iba hasta Parque San Vicente, donde vivía Marianito Burni, el burro de bicherío, lo pasaba a buscar y nos íbamos juntos a esa aventura. Él me llevaba ventaja, porque hacia mucho que estaba, yo era nuevito y me sentía muy solo. Tenía mucho miedo, pero aprendí mucho. Después, llego el Lagarto, canal 13, el chueco Suar, y empezó la montaña rusa”.
-Muchas de tus canciones incluyen muchos géneros musicales, ¿cuál es tu género preferido?
“Todos, creo que la música es una sola y es un medio muy potente de comunicación como para andar seccionándola. Aprendí de Rubén Blades que la música es del mundo, aprendí que el candombe, la chacarera y la salsa vienen de África por ejemplo, entonces... ¿cómo no animarme a jugar con la música, a mezclar, a fusionar y a romper casilleros?”
-También hay una clara intención aleccionadora en tus mensajes, ¿Hay una intención pedagógica en tus canciones? ¿Cuál es el mensaje que querés dar a los chicos?
“Yo me conformo con que mis canciones sean herramientas para los verdaderos educadores, que son los docentes y los papas. Y cada canción es un mensaje, cada canción es un intento de honestidad, sin darme cuenta. Por correr atrás de esos intentos es que hice muchas canciones y que hoy gozan de vida propia. Por ejemplo, la canción “Artistas Callejeros” es autorreferencial y testimonio de una época preciosa de mi vida, la de “Leche de Madre” nació como pedido de una amiga para una campaña, amo esa canción. Después me entere que en Londres había una protesta callejera contra una multinacional y a favor del alimento natural de la leche, y los manifestantes emitían ese temita”.
-Cualquier músico quisiera llegar y posicionarse en el mercado de Capital Federal. Vos llegaste y decidiste seguir apostando a Córdoba… ¿Por qué tomaste esa determinación? ¿Tuvo algún costo para tu carrera?
“Tome esa decisión para defender a Piñón y a su relación con los chicos. Llego un momento en que el sistema me exigía mas tiempo para asistir a los programas de chimentos que para estar con los niños... ¡Y no me gusto! Elegí volver acá, a mi lugar, donde esas cosas no suceden. Obviamente que tuve que pagar consecuencias, pero volvería a hacer lo mismo si me tocara vivirlo de nuevo”.
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